“Hubo un tiempo en el que buscábamos en Google; ahora Google busca en nosotros” decía Susana Zuboff en una entrevista con Justo Barranco para La Vanguardia en octubre de 2020, realizada con motivo del lanzamiento en español de su libro La era del capitalismo de vigilancia (Paidós). En esa misma entrevista añadía que: "Facebook en 2013 hizo experimentos que mostraban cómo manipular con señales subliminales, dinámicas de comparación social, microtargeting psicológico y premios y castigos. Con una recopilación de datos muy inteligentes vieron que podían afectar el comportamiento en el mundo real.”
Fue en 2018 cuando, con Cambridge Analytica, vimos que los métodos de Facebook se usaban a gran escala, pasando de tener objetivos comerciales a políticos. Marta Peirano publicaba el pasado domingo en El País, un artículo titulado Cómo evitar que ChatGPT provoque un nuevo asalto al Capitolio para impedir que la desinformación se vuelva automática. Las tecnologías de IA generativas, que procesan texto e imagen, están en condiciones de producir "contenido sintético" difícilmente distinguible del real, que puede ser utilizado por redes de cuentas organizadas con un propósito, generalmente inexperto y oscuro. A eso se le denomina "comportamiento coordinado inauténtico" y es, posiblemente, la mayor amenaza para la vida política de las sociedades abiertas.
"He visto los mejores cerebros de mi generación destruidos por la locura, famélicos, histéricos, desnudos (…)" escribía Allen Ginsberg en Aullido, un poema publicado en 1956. Los mejores cerebros de la nuestra no se dedican a la literatura y ni a la autodestrucción, si no que están contratados por las grandes tecnológicas y trabajan para la clase de proyectos que retrata, con tanto acierto sintético, la viñeta de El Roto que mencionaba arriba. La calidad de la vida democrática, la posibilidad de construir una vida personal que no esté atrapada en nuestro pasado, ni en la desinformación, ni en las formas ambientales y sutiles de manipulación del comportamiento de las redes; el disfrutar de criterio y pensamiento propios, el diálogo, la controversia y la conversación como formas políticas y sociales de resolución de problemas; en suma, todo lo que hace feliz la vida, está ahora amenazado. Necesitamos que nuestras élites políticas, científicas y periodísticas, junto con los mejores cerebros de esta generación, se dediquen también a construir un espacio público de vida digital saludable, seguro y feliz. Para ello, precisamos que se formen, pero ¿quién las forma?
Hace unos días comentaba el informe de #Gartner sobre las tecnologías emergentes titulado 4 Emerging Technologies you need to know about. Entre las tendencias tecnológicas emergente que identificaba Garner, destacaba Human-centered AI (HCAI), que define así: "a common AI design principle calling for AI to benefit people and society, which could improve transparency and privacy". Es, según Gartner, una tendencia que se desplegará a lo largo de los próximos 6-8 años en un marco en el que la Ética Digital y la IA Responsable serán una parte importante de ese movimiento. Hay una preocupación creciente sobre esta clase de temas, que precisa de acompañamiento, recursos y atención políticas. Disponemos de una Carta de Derechos Digitales publicada por el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital; un documento muy sólido de principios, no normativo, que funciona como un marco garantista de los derechos de los ciudadanos en el nuevo espacio de vida digital que estamos construyendo y en el que, de manera creciente, se desarrolla una parte muy importante de nuestras vidas.
Uno de los derechos es la transparencia, que en buena medida se identifica con la trazabilidad de los contenidos, lo que muestra hasta qué punto la construcción de nuestro mundo político depende de elecciones sobre Inteligencia Artificial que son, en la práctica, elecciones tecnológicas. La tecnología es también política y de ningún modo su intención, concepción y ejecución resultan neutrales con relación al tipo de vida que deseamos vivir. En suma, necesitamos desarrollar una mirada propia, y europea sobre qué es "Vida Digital" y cómo esa área se constituye en un espacio ciudadano basado en los principios de libertad, seguridad y felicidad públicas. Para ello, precisamos de tecnología europea al servicio de un nuevo liderazgo, que pueda enfrentarse a la evidente superioridad americana, que es la de sus plataformas y a las aspiraciones chinas en este campo. Andrés Pedreño y Luis Moreno han alertado con mucha oportunidad sobre la naturaleza esencial de esta pugna para nuestro estilo de vida en su libro Europa frente a EE. UU y China. Prevenir el declive en la era de la Inteligencia Artificial.
Vivimos enredados en la Red de un modo que afecta a nuestra cognición, a la forma en la que aprendemos, nos comunicamos, nos relacionamos y estamos en el mundo. Un smartphone puede ser, como sugiere la viñeta de El Roto en El País, una jaula, quizá dorada, pero una jaula al fin y al cabo, que promete placeres menores y, con frecuencia, espurios, en un mundo de incesantes repeticiones basadas en un comportamiento programado y adictivo.
GNOSS es un proyecto tecnológico de IA Semántica "fabricada en España", en Europa, que alienta el libre albedrío y abre posibilidades de conocimiento, sin la ambición de meter a nadie en ningún embudo, pero con la aspiración de que la gente pueda perder mucho tiempo en la web del Museo del Prado o en Didactalia, ambas construidas con nuestra tecnología. En un mundo posible que garantizara los derechos ciudadanos digitales, la cultura digital debería incorporar una cierta visión que oriente sus intenciones a constituirse en un medio para disponer de más tiempo, no de menos; aunque sea para consumir buenos contenidos digitales en el campo de la cultura, la educación, la investigación o el turismo; que los hay excelentes y muy abundantes.
Bibliografía:
En el mundo ubicuo de Internet y de la Máquinas que Aprenden, un mundo en el que parece posible construir muchos de los relatos que nos interesan de forma automática o semiautomática, porque hemos transferido parte de nuestro conocimiento y talento narrativo a nuestros sistemas, las cosas no son como parecen (o a veces parecen ser como no son). Los museos en la web tienen por delante el desafío de construir una museografía digital que no virtualice las limitaciones de espacio, tiempo o duración del mundo determinado por las condiciones físicas y materiales y que, por tanto, responda de manera genuina a las nuevas posibilidades de experiencia, operación y negocio que posibilita la tecnología.
En 1999, David Weinberger lanzó el Cluetrain Manifesto. La primera de sus 95 tesis decía: “los mercados son conversaciones”, vale decir aquí, “los museos son conversaciones”. Según el Manifiesto, desde los albores de internet, las organizaciones se estaban modificando empujadas por las nuevas posibilidades de las que disponían los consumidores gracias a la ampliación digital del mundo. En el futuro, la imagen de los museos será el resultado de su capacidad para conversar de manera personalizada con sus diferentes audiencias y públicos. Internet y las tecnologías avanzadas que la soportan parecen haber hecho posible el sueño de Malraux de un Museo Imaginario, personal, sin límites de espacio o tiempo, sin muros, sólo determinado por el gusto de quien lo construye, en suma, de un museo que ha dejado de ser una monolítica afirmación. Definitivamente, un Museo Imaginario es un meta-lugar del patrimonio y la memoria que debería ser fácilmente accesible de una manera más personalizada y cosmopolita por un público más conectado, curioso e informado que busca saber más, conocer antes, mejor y más verdaderamente. Las organizaciones más en la frontera y con ellas los museos más despiertos están utilizando la tecnología para comprender mejor a sus posibles clientes y audiencias con el fin de hablar personalmente con cada una de ellas.
La tecnología no es neutral; un enfoque tecnológico inadecuado o un conjunto de tecnologías insuficientes determinan el resultado. La generalización de la Inteligencia Artificial y de las tecnologías cognitivas está permitiendo desarrollar una original simbiosis entre lo que saben las personas y, en un ambiente tecnológico cada vez más semánticamente consciente, lo que manejan y son capaces de interpretar los sistemas, dando como resultado, en el caso de los museos, un relato, o conjunto de ellos, cada vez más variado, profundo, personalizado y rico.
Finalmente, en Internet todos los museos pueden llegar a ser uno sólo. Estamos contribuyendo a construir, cada vez que publicamos datos y nuestros sistemas inteligentes los enlazan, una gigantesca máquina de aprender. Gracias a ello y a las tecnologías de recuperación de la información disponibles, podremos responder a preguntas tan interesantes como: ¿qué estaba componiendo Beethoven cuando Goya pintaba tal o cual obra? De este modo, cualquier museo, cualquier colección podrá convertirse en la web en un relato/espacio educativo, pero recíprocamente, todos podrán convocar el conocimiento complementario que precisen para construir un conjunto de narraciones que hagan de la experiencia de la visita a la colección de un museo una experiencia superior. El internet inteligente puede convertirse, a través de los dispositivos móviles, en un ambiente que susurre al oído de los visitantes aspectos relevantes (y eventualmente personalizados) de la obra que está contemplando. En la práctica, la transformación tecnológica de los museos actúa como palanca para su transformación cultural. Parece evidente que con todo lo referido en acción, se abrirán a los museos nuevas posibilidades de negocio que demandarán de una nueva organización de los mismos.
Con el Internet ubicuo, inteligente, aceleradamente creciente y extraordinariamente vasto que es el signo de nuestros tiempos, el conocimiento humano en su conjunto ha crecido y se ha vuelto más complejo, pero menos seguro y cierto. La nueva dimensión de hechos alternativos o noticias falsas sugiere que ahora necesitamos, mucho más que nunca, autoridades que ofrezcan sentido e interpretación. Sin duda, las nuevas museografías y, especialmente, sus extensiones digitales deberán reflexionar sobre (y resolver) esta tensión entre las posibilidades que se abren con la tecnología y los desafíos, compromiso y talento intrínsecamente humanos que implica su gobierno.
El despliegue de internet ha determinado la creación de un espacio de vida digital, un espacio de vida real que no es sólo útil para la publicación, la distribución, la difusión de contenidos o la conversación, sino también para la producción y creación. El arte digital concebido originalmente en formato digital nos plantea desafíos específicos de exhibición, reproducción y preservación que habremos de saber resolver en los próximos años.
Sobre todo esto tuve ocasión de conversar en el curso organizado por el Museo de Bellas Artes de Bilbao "Museografías: modos de ver el arte". Grandes figuras del arte y la gestión cultural como Norman Foster, Taco Dibbits, Director del Rijksmuseum en Ámsterdam o Gabriele Finaldi Director de la National Gallery también expusieron su visión sobre los nuevos desafíos museográficos a los que se enfrentan los museos en la era de la información. Siguiendo el siguiente enlace podéis ver, si os place, la conferencia que tuvo lugar el 28 de julio del presente año.
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Es por ello por lo que conviene distinguir. “Inteligencia Artificial” designa un conglomerado de aproximaciones diverso al problema de la emulación de la inteligencia humana por parte de las máquinas en el que cabe diferenciar dos grandes grupos. Por un lado, tenemos el programa de inteligencia artificial orientado a resolver problemas de aprendizaje. En esta misma línea se encuentran el conjunto de aproximaciones que integran los cálculos sobre datos muy masivos (big data) y el conjunto de reglas y algoritmos que podemos ejecutar sobre ellos de manera que las máquinas puedan “aprender” sobre esa base (Machine Learning y más recientemente Deep Learning). Esta aproximación produce resultados inteligentes, pero no recrea funciones superiores de las personas, como son todas las cognitivas, lo que en la práctica significa que no es capaz de emular comportamientos inteligentes. De esto es de lo que trata la Inteligencia Cognitiva, a la que podríamos definir como Inteligencia Artificial Semántica o Inteligencia Artificial interpretada semánticamente.
El conjunto de tecnologías que se agrupan alrededor del Programa de Inteligencia Cognitiva (ontologías, vocabularios, grafos de conocimiento, procesamiento y comprensión del lenguaje natural…) permite a las máquinas comprender e interpretar el mundo que las personas depositamos y representamos en el inmenso conjunto de datos y recursos digitales que hemos y estamos generando, amplificando a la par que emulando nuestras capacidades para enlazar información, razonar, inferir o descubrir conocimiento sobre ese universo de datos.
La Inteligencia Cognitiva representa, probablemente, el futuro de la Inteligencia Artificial, algo en lo que ya estamos trabajando y que ofrece grandes resultados muy satisfactorios ya en la construcción de ecosistemas complejos digitalizados. Previsiblemente este programa tendrá un enorme desarrollo en los próximos 10 años. En este escenario, la “mente” de los sistemas, lo que permite que éstos "comprendan" e interpreten el mundo de las personas, aquello que hace posible la comunicación efectiva entre estos y las personas, es y será sin duda semántico. Y ello es así porque si las máquinas no pueden hacer de alguna manera suyo el mundo de entidades y relaciones que constituye la base de los procesos de cognición humanos, no se ve el modo de que puedan llegar a emular verazmente comportamientos inteligentes o, dicho de otro modo, ser algo más que máquinas de un solo propósito o, si se prefiere, las máquinas herramienta de la inteligencia artificial. Y el futuro consiste en mucho más que eso, seguramente.
https://retina.elpais.com/retina/2018/11/30/tendencias/1543592011_921900.html
]]>Os proponemos en esta ocasión revisar esta muy interesante entrevista realizada a Ramón López de Mántaras, director del Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial (IIIA) del CSIC y uno de los pioneros en la investigación en Inteligencia Artificial en España.
La entrevista se realizó con motivo de su participación en el encuentro "El futuro de la inteligencia artificial", celebrado en febrero de este año, 2018, en La Casa Encendida y coordinado por Le Monde diplomatique en español y Fundación Mondiplo.
En sus albores, todas las tecnologías que proponen una ruptura brusca con los modos de producir y hacer generan expectativas y temores más o menos exagerados o fantasiosos. Por un lado, sus efectos beneficiosos y aplicaciones tienden a sobrevenderse y, por otro, se crea un ambiente sobreexcitado alrededor de los riesgos y peligros que se entrevén, lo que con frecuencia deriva en la no comprensión real de los mismos. La literatura y el cine han producido obras excelentes e inspiradoras que dan cuenta de este estado de cosas. La electricidad no puede devolver los cuerpos a la vida, como suponía Mary Shelley cuando imaginó el mito de Frankenstein, el moderno Prometeo y Hal, el resentido ordenador central de la nave de 2001 es posiblemente una construcción imposible.
Ramón López de Mántaras señala en este video que lo que denominamos Inteligencia Artificial en muchas ocasiones solo es el resultado inteligente de un programa capaz de resolver una sola clase de problemas, como ocurre por ejemplo con las máquinas que pueden jugar con éxito al ajedrez contra contrincantes humanos. Pero los resultados que simulan inteligencia no pueden confundirse con comportamientos inteligentes, como el aprendizaje o el conjunto de facultades y capacidades que de manera conjunta operan para producir lo que conocemos como Inteligencia General Humana. Estamos lejos todavía de producir máquinas que operen con sentido común, es decir, interpretando y dando sentido a un conjunto muy vasto de información, pero igualmente muy incompleto, como hacemos todas las personas de manera cotidiana.
Gartner ha denominado a uno de sus productos de anticipación estrella Hype Cycle of...la tecnología o conjunto de tecnologías de que se traten. El Hyperbolic o Hype Cyclo of Emerging Technologies publicado en julio de 2018 se ocupa, al igual que nuestro entrevistado, de las enorme promesas que los mercados anticipan alrededor de los desarrollos de inteligencia artificial. En un artículo del mencionado informe firmado por Tom Austin podemos leer: “La inteligencia artificial general (Artificial General Intelligence, AGI por sus siglas en inglés), también conocida como "inteligencia artificial fuerte" e "inteligencia de máquinas de propósito general", podría manejar una amplia gama de casos de uso, si existiera. No es así, aunque es un tema popular de la ciencia ficción. Las tecnologías actuales de inteligencia artificial no proporcionan inteligencia general artificial. Estas tecnologías, a pesar de que parecen estar dotadas de las capacidades humanas de aprender, razonar y adaptarse, carecen de sentido común, inteligencia y medios de auto mantenimiento y reproducción. La Inteligencia artificial de propósito especial - "IA débil" - existe, pero solo para casos de uso específicos y limitados”
Considera que hay empresas como DeepMind (propiedad de Google), OpenAI y Vicarious, que están haciendo investigación básica en este campo, pero que el estado de la tecnología es embrionario y que con seguridad no veremos ningún resultado aplicable en los próximos 10 años.
Gartner piensa que cuando surja algo en este campo, probablemente será el resultado de la agregación y combinación de proyectos de inteligencia artificial de propósito específico, y a propósito de esto concluye: “Es probable que sus beneficios sean enormes. Pero algunas de las implicaciones económicas, sociales y políticas serán perturbadoras y probablemente no todas positivas”.
Ramón López de Mántaras aborda también en esta entrevista sobre los desafíos éticos, sociales y políticos inherentes a la aplicación de programas de inteligencia artificial en diferentes espacios de producción y de la vida social, desde el diagnóstico médico hasta la detección del fraude, la asignación de un nivel de riesgo bancario o la conducción inteligente. La conclusión es sencilla: las tecnologías no son buenas o males en sí mismas, además su progreso es inevitable; es asunto nuestro el hacer de ellas algo útil para nosotros, que finalmente sea la condición para una vida más abundante y feliz. Las tecnologías de la era industrial no provocaron el Holocausto, pero sin ellas la siniestra industrialización del asesinato no hubiera sido posible. Lo relevante, por tanto, es dotar de una intención adecuada a nuestras decisiones y eso será siempre un asunto nuestro, no de la tecnología.
Desde un punto de vista social, López de Mántaras señala algo que a menudo se olvida: que el progreso tecnológico genera más empleo que el que destruye, sólo que lo desplaza a otro nivel, habitualmente más exigente desde un punto de vista cognitivo. En ese desplazamiento y en el desigual reparto entre los diferentes grupos sociales de las ventajas y amenazas que ello supone, es posible que podamos encontrar el origen de muchos de los miedos contemporáneos, que están sacudiendo la arena política global. Sin duda, la organización de la participación de todos en este proceso de transformación del trabajo, la producción y los procesos sociales supondrá un enorme desafío para nuestros sistemas políticos y educativos.
Espero que disfruten de la entrevista.
]]>Google pudo gracias a esta compra dotar a su motor de búsqueda de la capacidad para entender y mostrar contenidos acerca de las entidades por las que preguntaba el usuario, haciendo de este modo que su buscador fuera más inteligente y más capaz de responder a preguntas complejas, así como de investigar cualquier tema con más profundidad, tal y como decían ellos mismos. El resultado de este empeño, más evidente y conocido por el público ha sido el Infobox, la caja con contenido preciso acerca de la entidad, persona, lugar, especie vegetal o animal, etc.... sobre la que se pregunta, que aparece a la derecha de la lista de resultados y que posibilita navegar a través de las relaciones entre la mencionada entidad y otras entidades relacionadas; podemos así, por ejemplo, navegar a través de las relaciones de una persona con otras personas, con los lugares importantes de su biografía, con obras suyas y de otros autores, etc.... El infobox es ya desde hace tiempo parte de la experiencia de búsqueda y recuperación de información "Google", pero el Grafo de Conocimiento subyacente puede valer para muchas cosas que no se ven, pero que tienen un extraordinario valor económico, como por ejemplo realizar recomendaciones publicitarias mejor dirigidas, más ajustadas a los intereses reales de los usuarios y, por tanto, más personalizadas, desarrollar buscadores especializados, como por ejemplo un buscador de enfermedades a partir de síntomas y, especialmente, para perfilar de manera más ajustada a los usuarios.
El paso dado por Google permitió convertir la Internet pública que consumimos cotidianamente en una Web de Entidades o Web de Datos, capaz de admitir procesos de búsqueda e interrogación inteligentes y no simplemente basados en secuencias de caracteres (strings). Este proceso lo había anticipado Tim Berners Lee en 2001, en su artículo seminal The Semantic Web, publicado en Scientific American en 2001 .
Los Grafos de Conocimiento son la condición para poder desarrollar un Programa de Inteligencia Artificial suficientemente expresivo y flexible como para que las máquinas y sistemas puedan interactuar y conversar con sentido con las personas sobre la base de procesar y comprender su lenguaje y los contenidos creados con él.
En GNOSS hemos creado las herramientas para que cualquier empresa pueda disponer de la posibilidad de realizar con su contenido el mismo proyecto que Google, incluido el hecho de enlazarlo con contenido externo.
El vídeo que proponemos a continuación es ya un clásico y ayuda a comprender todo esto de un modo ameno y sencillo. Metaweb trataba con él de responder a la pregunta: ¿Qué es una entidad? El vídeo muestra cómo funciona una Web de Entidades y cómo son los procesos de interrogación y búsqueda en un sistema de información con esas características. Sencillo, para todos los públicos y muy útil para entender el corazón semántico del renovado y muy actual Programa de Inteligencia Artificial.
]]>Dialogar, tal y como lo entendían los clásicos griegos, es decir, construir entre dos por medio de la palabra algo, es lo que hacen Miguel Zugaza y Ricardo A. Maturana en esta conferencia celebrada en la Universidad de Deusto.
]]>Ricardo explica las ventajas de las tecnologías de la Web Semántica y del movimiento linked data en el caso de los datos culturales que residen en las bibliotecas, archivos, museos. Esta entrevista tuvo lugar en el marco de la VII Jornada profesional de la Red de Bibiliotecas del Instituto Cervantes celebrada el 11/12/2014.
]]>El gran volumen de información que se genera cada día hace necesario desarrollar sistemas para la gestión de la información de una manera inteligente. A nivel internacional asistimos a un movimiento hacia la estructuración de datos abiertos y enlazables bajo la tecnología semántica, lo que se conoce como “Linked Open Data”. Linked Data o datos enlazados es una práctica que hace posible transitar de la actual web de documentos a una web de datos representados semánticamente. Permite concebir una organización como una única y global base de datos integrados, portables e interoperables. Datos empresariales que corresponden a contenidos (documentos, imágenes, videos, presentaciones, etc.) y a personas (clientes, proveedores, accionistas, etc.) se enlazan de forma mecánica, pertinente y útil, generando un ecosistema informativo que abre la vía al descubrimiento de nuevo conocimiento, a la aceleración del aprendizaje organizacional, y, aumentar las posibilidades y utilidades de uso de la información si esta se hace pública (Open).
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