Publicado por Isabel Ardanaz Salaberri
20/08/2009
Un curso más, una promoción más, una catástrofe más. Pasados dos meses del final del curso y con todos los datos en la mano, a la hora de recoger el fruto sembrado, resulta que por enésima vez, la cosecha no ha sido la esperada. No sabemos si es debido a la sociedad permisiva y carente de valores en la que estamos inmersos, a que el esfuerzo de padres y alumnos no ha sido suficiente, a la falta de medios o a una metodología inapropiada, a los continuos cambios de profesores debido al alarmante número de bajas de estos en los últimos cursos, a la relajación de parte de ellos dejándose llevar por esta vorágine pasota de la sociedad en que vivimos, o tal vez al continuo sistema cambiante de nuestras leyes educativas que no permiten a las promociones salir con unos niveles aceptables. Como ...
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