Publicado por Gigi Giner
16/02/2011
Desde que mi hijo Samuel empezó a mostrar las primeras "señales", me embargaron sentimientos contradictorios. Como niña de altas capacidades, he vivido en propia carne la frustración, la rebeldía, la falta de interés de mis docentes, la lucha de mis padres por darme lo que necesitaba, y finalmente, el fracaso. Es este un tema que me toca la fibra más sensible, que despierta en mí recuerdos y sensaciones que no siempre son agradables, y que me convierten en una mamá especialmente sensible. Los padres de estos niños tenemos que luchar en varios frentes. En primer lugar el reconocer ante nosotros mismos lo que tenemos en casa, aceptarlo y creernoslo. No siempre es fácil y a veces supone una lucha int...